¿Estamos ante el sarcófago de Rómulo?
HISTORIA ANTIGUA POR OLGA ROMAY
Pequeñas curiosidades relacionadas con la historia antigua
viernes, 21 de febrero de 2020
¿Estamos ante el sarcófago de Rómulo?
¿Estamos ante el sarcófago de Rómulo?
martes, 3 de julio de 2018
más de MÚSICAS EN LA ANTIGÜEDAD. CAIXAFORUM Madrid. Del 5 de junio al 16 de septiembre
Dioses de la música y dioses músicos
Estela de la música, 2140-2110 a.C. Tello, Irak. Piedra caliza. © RMN-Grand Palais, Musée du Louvre. Foto: Mathieu Rabeau |
¿Cuál es la mitología que rodea a la música en las distintas culturas?
En la exposición podemos contemplar las estelas de los mitos más
antiguos procedentes de Mesopotamia, donde el demiurgo sumerio Enki (o Ea en
acadio) crea la figura del músico del rey y transmite a los hombres el arte del
hechizo y de las invocaciones mágicas.
Pero hay muchos más ejemplos que podemos ver en la visita: en Egipto,
varios dioses, entre ellos Amón, crean el mundo gracias a la palabra, y Hathor
es venerada como diosa de la música, la danza y la alegría. Su imagen adorna el
mango de los sistros, cuya función es entretener a la diosa y apaciguar su ira.
Imprescindible contemplar la mitología grecorromana en estatuas, terracotas y vasijas donde
aparece Hermes fabricando la lira, Pan la syrinx (siringa o flauta de Pan) y
Atenea el aulós.
En una crátera aparece Orfeo asesinado por las vacantes, enojadas
porque el poeta nunca más iba a amar una mujer después de haber perdido a su
amada Eurídice.
Y por último en una terracota aparecen representadas las malvada
sirenas del mito griego devoradoras de hombres (nada que ver con las dulces
sirenas de Disney). Con sus cantos intentan seducir a Ulises que para poder oír
su voz ordenó a los marineros que le atasen al mástil de su barco.
sábado, 30 de junio de 2018
MÚSICAS EN LA ANTIGÜEDAD. Del 5 de junio al 16 de septiembre
Arpa Egipcia. Tebas siglo X-VIII a. C |
Y para abrir sabor de boca, los comisarios de la exposición han
elegido muy acertadamente una bellísima arpa egipcia para recibir al visitante.
Conservada por las arenas del desierto, esta arpa de madera pintada de color
verde pertenece al tercer período intermedio y se data entre el siglo X-VIII a.
C. Es una pieza excepcional, tan sólo
las cuerdas son modernas y ciertas partes de cuero. A su lado está la
reproducción que se hizo para la exposición universal de 1889 en París.
Después de este magnífico recibimiento, uno puede deleitarse en
una exposición que tiene varios ámbitos, de los cuáles caben destacar los
siguientes:
La música antigua en el imaginario occidental
Nada mejor que un cuadro para hacerse una idea de cómo eran los músicos
en el mundo antiguo o los carteles de los péplums hollywoodenses.
Nuestro
imaginario reúne la idea de un Nerón tocando la lira mientras arde Roma como
aparecía en la película Quo Vadis ( Nerón fue el único emperador romano que se
jactaba de una formación musical y participaba en concursos), o que el sonido
de trompetas siempre se relacione con las legiones romanas (aunque la trompeta
se inventó en Egipto).
trompeta que hicieron para la representación de Aida |
original egipcio |
En esta sala también pueden contemplar la recreación de una trompeta
egipcia que se hizo para el estreno de la ópera Aida (aunque fue un error arqueológico
porque en realidad no era una trompeta, sino que lo que encontraron fue un
atril de un templo).
El redescubrimiento de la música antigua y los vestigios de los instrumentos antiguos
Tambor egipcio de dos membranas |
Es a partir de la expedición de Bonaparte a Egipto cuando nace la
arqueología musical. Se publican, los himnos délficos, aparecen las trompetas
en la tumba de Tutankamón, los címbalos en Susa, la lira “Elgin” en Atenas, el
sistro de un sacerdote de Isis en Nimes etc. En la propia sala se pueden oír
los sonidos de aquellos instrumentos.
domingo, 3 de diciembre de 2017
Dicen que la mujer más bella de Berlín es Nefertiti, pero estas Navidades el hombre más bello de Madrid es sin duda el Efebo de Antequera.
Nada mejor que visitar Madrid en Navidad, las calles
iluminadas, las masas locas por comprar regalos, los belenes, los museos y las
banderas de España colgadas de los balcones.
Estamos de lo más patriótico, pero si alguien quiere sentir
de verdad el orgullo de ser español, no tiene más que pasearse por Serrano 13 y
entrar a ver la exposición "El Poder del pasado. 150 años de arqueología
en España"
El Museo Arqueológico nos ha traído a los madrileños un regalo
navideño anticipado: lo mejor de lo
mejor de todos los museos de España. Si alguien piensa que exagero, que se pase
por la calle Serrano y que vea las 150 maravillas que ha reunido el comisario
Gonzalo Ruiz. Por cierto, los textos son excelentes, reflexiones con sentido
común y sin palabras vacías.
Podemos sacar pecho y decir bien alto que somos el segundo
país con mayor patrimonio histórico del mundo (el primero es Italia). Por toda la
geografía hay tesoros que descubrir y si uno no puede permitirse visitar
nuestros museos provinciales, el Museo Arqueológico los ha reunido todos, en
total hay 70 piezas de museos de todas las provincias, y el resto de la
exposición se completa con las que se pueden ver en el MAN.
Pero hay una pieza sorprendente, el efebo de Antequera, un
bronce del s. I que quita el hipo. Es la belleza absoluta y también el
clasicismo que reúne toda la perfección del arte grecorromano. Está a la altura
de las mejores estatuas de Fidias o de Praxíteles, y lo tenemos estas Navidades
en el Arqueológico.
Además, la exposición reúne piezas que muy raras veces
pueden verse: un conjunto de pequeñas tablillas de cera romana que se unen con
un cordel para formar un librito en miniatura. Una muñeca articulada romana del
s. IV encontrada en una necrópolis de Albacete, o una preciosa vajilla de
cristal de roca.
Podría seguir nombrando una a una cada pieza que ha reunido
el Museo Arqueológico, pero les recomiendo que lo visiten, porque todas las
piezas resumen la historia de España desde las cuevas de Atapuerca hasta la
Edad Media.
Y hay que agradecer a todos los museos que han colaborado y
permitido que los madrileños, y por extensión los miles de turistas nacionales
e internacionales que nos visitan puedan disfrutar de nuestros tesoros.
lunes, 3 de octubre de 2016
EXPOSICIÓN LA LUSITANIA ROMANA. Museo Arqueológico Nacional
Guerrero lusitano |
Todavía están a tiempo de ver esta curiosa exposición organizada por el Museo Arqueológico Nacional que recoge
piezas en cinco ambientes, procedentes muchas de ellas del Museo Romano de Mérida y diversos tesoros
nacionales portugueses.
No es una exposición extensa, pero vale la pena
recorrerla por algunas piezas que ha recopilado.
Comienza con un imponente guerrero lusitano, que
por supuesto queda deslucido al lado de la magnífica talla de Augusto. Pero lo
sorprendente es que, aunque la Lusitania fue romanizada por Augusto entre el año 16 y 13 a.C, el
guerrero romano fue tallado en el s. I d.C, es decir, que los lusitanos seguían
tallando sus estatuas de guerreros bastante después de la romanización, como si
en la provincia se viviesen vidas paralelas: las de los colonos romanos y las
de los nativos.
Hay más muestras de esa cohabitación, y la más curiosa es una estela que aparentemente parece escrita en latín, pero que está escrita en lengua lusitana usando caracteres latinos.
La Mérida cosmopolita está representada en una pieza exquisita, un vaso de ágata con forma de sileno, llegado sin duda de algún lugar de oriente.
vaso de ágata |
Y cómo no, hay muestras de la tolerancia que siempre tuvo Roma con todo tipo de religiones. Podemos ver estatuas de dioses orientales: Isis y Mitra; otros puramente romanos como las musas del mosaico de un triclinium de una villa; pero también es sorprendente una estela judía y las cruces cristianas de las tumbas.
Mitra, dios solar persa. Le faltan los rayos del sol que salían de su cabeza, quedan los agujeros en su pelo de lo que eran los rayos dorados metálicos que tuvo en su día |
Musas
de la villa romana de Torre de
Palma.
La inscripción pide que se barra con cuidado y desea la buena suerte |
Lo mejor de la exposición:
- El missorium de Teodosio (es una copia, el original lo tienen escondido sólo para los ojos de académicos e investigadores en la Real Academia de la Historia): un disco de plata utilizado para ceremonias con la inscripción de que se hizo para celebrar el décimo quinto año del reinado del emperador.
Foto de: Manuel Parada López de Corselas para Wikipedia |
· El disco de Teodosio encierra una
extraña historia de cómo se descubrió y de quiénes son los personajes que
aparecen en él.
El emperador del centro es Teodosio, y se supone que los que
están a sus lados son sus hijos Honorio y Arcadio y el que figura recibiendo
un edicto de su mano sea Valentiniano; pero hay versiones donde se dice que tal
vez uno de ellos sea Valentiniano el que figura a su lado y que el hombre que
recibe el edicto sea un gobernador de Augusta Emérita.
Tampoco está claro si
los cuatro jornaleros que se lo encontraron en el 1847
mintieron y en realidad está partido para repartirse el botín, o si estaba
originariamente doblado más o menos por la mitad. Ni se sabe con certeza dónde
se encontró, puesto que los jornaleros aseguran que fue en un lugar donde no
hay restos romanos, y se sospecha que fue en otra villa y lo ocultaron para seguir buscando por su cuenta tesoros.
Lo único
cierto es que se realizó en la Ceca de Constantinopla y atravesó todo el
mediterráneo para acabar en la provincia más occidental del imperio: la
Lusitania.
Combina
los símbolos del cristianismo: el orbe que sostienen las figuras, el aurea de
sus cabezas y la cruz, con los paganos: amorcillos, una diosa Fortuna con la Cornucopia
- · El sarcófago de las estaciones es otra pieza preciosa. La decoración es delicada y sugiere que uno se iba al averno con todas las comodidades y placeres de la vida terrena: vino, diosas de la victoria, bellos efebos y amorcillos. Eso sí, por ninguna parte aparece la esposa del muerto, sólo frutas y cuernos de la abundancia.
Lo peor:
·
Hay números sobre los
objetos, pero luego no se corresponden con cartel alguno explicándolos. Parece
como si se hubiesen olvidado de ponerlos.
Eso obliga al visitante a adivinar
qué diablos es una de las piezas más extrañas y mejor conservadas de la
exposición: un espéculo vaginal de bronce que data del periodo romano
(Siglo I D.C) encontrado en una sepultura en Mérida. Pertenecía al ajuar
fúnebre de un médico y junto a él puede observarse una moneda para Caronte y
diversos objetos médicos que sería de gran interés que estuviesen explicados.
Otra vez será, esperemos que el Museo no vuelva a cometer ese error.
Números sin leyenda que le corresponda. Arriba a la izquierda un espéculo vaginal. centro abajo una moneda para Caronte |
domingo, 5 de junio de 2016
LOS ESCIPIONES. ROMA CONQUISTA HISPANIA. Exposición
Busto de Escipión el Africano. Museo Nacional de las Termas. Roma |
Si tiene ocasión, les recomiendo asistir en
Alcalá de Henares a la magnífica exposición del Museo Arqueológico de la
Comunidad de Madrid, que estará abierta hasta el 4 de septiembre de este año
2016. En seis salas, el museo ha logrado reunir más de 200 piezas espléndidas
procedentes de más de 30 instituciones, entre ellas Museos Nacionales Romanos.
De lo mejor de cada una de las seis salas de la exposición les resaltaré lo que
vale la pena contemplar:
Primera sala con terracotas romanas y el imponente busto de Escipión el Africano. Uno pensará que esas terracotas no vienen a cuento, pero sí, porque esa era la Roma de los Escipiones, una ciudad hecha de terracota, sin mucha gloria ni boato, donde incluso su dios más importante, Júpiter Capitolino, estaba hecho de tan modesto material. Tras las conquistas de los Escipiones y el enorme botín que se llevaron de Hispania, la ciudad se transformó en una ciudad de piedra, abandonando su pasado humilde y con una gran influencia Helenística. Una muestra del botín puede verse en forma de lingotes de plomo.
Primera sala con terracotas romanas y el imponente busto de Escipión el Africano. Uno pensará que esas terracotas no vienen a cuento, pero sí, porque esa era la Roma de los Escipiones, una ciudad hecha de terracota, sin mucha gloria ni boato, donde incluso su dios más importante, Júpiter Capitolino, estaba hecho de tan modesto material. Tras las conquistas de los Escipiones y el enorme botín que se llevaron de Hispania, la ciudad se transformó en una ciudad de piedra, abandonando su pasado humilde y con una gran influencia Helenística. Una muestra del botín puede verse en forma de lingotes de plomo.
lingotes de plomo romano. S. II a. C Cartagena |
En esta primera sala vemos el busto del
miembro más importante de la familia de los Escipiones, el conocido como El Africano tras de la batalla de Zama, aunque se trata de una copia hecha en época de Augusto, y que poco se parece a la otra copia que se conserva de Escipión el Africano que se encontró en Herculano.
Escipión el Africano de Herculano |
Lo mejor:
·
El guía Nibio López, que explicó con un
tablero de ajedrez cómo se desarrolló la guerra. Nunca he visto mejor explicación
de las guerras púnicas. Se lo contaría, pero vayan a verlo y me darán la razón.
- Las ilustraciones de Albert Álvarez Marsal
·
Los exvotos de guerreros íberos. Esas
pequeñas estatuillas que se ponían en las tumbas para acompañar al muerto. A
pesar de la tosquedad, cada una encierra una historia.
Exvotos de Guerreros íberos |
·
El guerrero íbero de los Villares hecho
en piedra caliza del año 490 a.C, que ahora está en el museo de Albacete.
·
Denario de Kese del s. II a. C de
Tarragona. Tal vez el denario más antiguo en la península, pero las demás monedas de la exposición no desmerecen.
·
Y por supuesto el soberbio Hércules del
s. II d.C. que está en el Prado.
·
Los tres tipos de espadas de íberos.
Lo peor:
·
Carteles sin luz.
·
Palabrejas que se podrían haber ahorrado,
por ejemplo:” antefja con prótomo de bóvido”, en realidad es un toro de piedra
con dos bolas a la izquierda.
·
La cronología es caótica: comienzan las
batallas con la de Kissa en Taragona en el año 218 a.C, pero no hay ninguna
referencia a qué ocurrió antes de dicha batalla, ni una pequeña explicación
histórica.
La historia que no se cuenta en la exposición, y que hubiese sido necesario para comprenderla se resume en lo siguiente:
La familia de los Escipiones queda ligada a Hispania desde la segunda guerra púnica, cuando en el 218 a.C desembarca en Ampurias Cneo Escipión, mientras su hermano recién nombrado Cónsul se dirige con sus tropas a Marsella para detener a Aníbal que ya había pasado los Pirineos. El pintor Albert Álvarez Marsal refleja ese momento:
Cneo Escipión llegó ocho meses tarde, algunos dicen que a propósito para que Roma tuviese un "Casus Belli" para iniciar la Segunda Guerra Púnica.
Sagunto tenía un tratado con Roma y les había pedido ayuda a los romanos ante el ataque de los cartaginenses. Los romanos, en vez de enviarles la ayuda tan esperada, los abandonaron a su suerte y la ciudad fue tomada por Aníbal tras ocho meses de asedio y la población esclavizada. Supongo que si los saguntinos hubiesen sabido que los romanos les iban a abandonar, se hubiesen rendido a Aníbal de inmediato, pero pecaron de ingenuos. Yo si hubiese sido hispano, hubiese confiado más en el deslumbrante Aníbal, que sólo tenía 26 años y que con once juró ante el fuego sagrado de Cartago odiar a los romanos.
Cuadro de Albert Álvarez Marsal. La llegada de Cneo Cornelio Escipión a Emporion |
Sagunto tenía un tratado con Roma y les había pedido ayuda a los romanos ante el ataque de los cartaginenses. Los romanos, en vez de enviarles la ayuda tan esperada, los abandonaron a su suerte y la ciudad fue tomada por Aníbal tras ocho meses de asedio y la población esclavizada. Supongo que si los saguntinos hubiesen sabido que los romanos les iban a abandonar, se hubiesen rendido a Aníbal de inmediato, pero pecaron de ingenuos. Yo si hubiese sido hispano, hubiese confiado más en el deslumbrante Aníbal, que sólo tenía 26 años y que con once juró ante el fuego sagrado de Cartago odiar a los romanos.
Luego a Cneo Escipión se unió su otro hermano, Publio, y los dos estuvieron ocho años luchando contra cartagineses, celtíberos y todos los mercenarios del norte de África.
Es extraño, ocho años también estuvo César luchando en las Galias hasta que la conquistó, sin cometer el error que cometieron los dos hermanos Escipiones: dividir las tropas. Publio Escipión atacó a Magón y a Asdrúbal, el hijo de Giscón, y su hermano Cneo atacó a Asdrúbal Barca. Primero cayó Publio, y luego Cneo.
Tampoco se pueden comparar aquellas conquistas, César además tuvo la suerte que todas las tropas celtas se concentraron en Alesia, sin embargo, para los Escipiones fue una pesadilla donde un día hacían aliados entre los nativos y al día siguiente les traicionaban. Pero después de lo de Sagunto, ¿quién podía confiar en Roma?
Pero más allá de la historia, la exposición es un recorrido magnífico sobre quiénes eran esos romanos que nos conquistaron y quiénes éramos nosotros.
Uno sale de la sala maravillado por las estatuas romanas, por los bajorrelieves, por los mosaicos, pero lo magnífico de esta exposición es que ha rescatado parte de la cultura que había en la península cuando ellos llegaron.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
CLEOPATRA: EXPOSICIÓN DEL CANAL MADRID. La mujer de los ocho rostros.
Altes Museum. Foto de Louis le Grand |
Ella siguió la costumbre de los Ptolomeos, una doble
representación: estatuas siguiendo la iconografía egipcia (para contentar al
pueblo que vivía en los nomos), y en
segundo lugar están las estatuas y monedas de pura tradición helenística (destinadas
para los macedonios y griegos de Alejandría).
Para el viejo país del Nilo, se hizo retratar como la
primera sacerdotisa de Isis, que era el papel que tenía la esposa del faraón.
Un ejemplo muy hermoso y monumental puede verse en los pilonos del templo de Dendera, donde Cleopatra aparece retratada con
su hijo Cesarión
Cleopatra y Cesarión templo de Dendera |
Su rostro no es un retrato en sí, sino que se ajusta al
canon de los bajo relieves egipcios (podría ser Cleopatra, Nefertari o una
Hatshepsut sin barba)
Sin embargo son más
interesantes los retratos helenísticos de la reina, sobre todo aquellos que
pasan por verdaderos, que son tres:
1.
La Cleopatra
del Museo de Antigüedades de Berlín. Es la que aparece en la portada del blog y está en el Altes Museum.
2.
Busto del Museo
del Vaticano- del cual en la exposición hay una copia, un vaciado en yeso, que pueden ver en la exposición al entrar. Se parece bastante a la foto de la portada del blog, salvo que no puede verse la nariz porque la ha perdido.
3.
Una Cleopatra
de una colección particular de Londres.
No los busquen, por desgracia, ninguno de ellos forma parte
de la exposición, sal vo la copia en yeso. Sin embargo la exposición del Canal ha reunido 8 bustos que
asegura ser retratos de Cleopatra:
El primero es un retrato elaborado en piedra caliza que
viene directamente del museo de Hermitage de San Petersburgo. Es una pequeña
cabeza con bucles (parece una peluca) y con las cuencas de los ojos vacías,
destinadas para unos ojos vidriados que se han perdido con el tiempo. Podría
ser Cleopatra o cualquier otra reina Ptolemaica, por ejemplo a hermana mayor de
Cleopatra, llamada Berenice, que se autoproclamó reina en el año 58 a.C. Lo
extraño de este retrato es que no lleva el peinado de moda en ese momento,
llamado “melón”. Pero podría ser ella, a las mujeres siempre nos ha gustado
variar.
El segundo retrato es una hermosa cabeza que procede del
museo de Brooklyn. De todos es el que tiene un óvalo más redondo pero tiene una
expresión triste, tal vez debido a que las cuencas de sus ojos también están
vacías. No coincide con la imagen de delgaducha que tenía Cleopatra, pero tal
vez se hizo en una época de su vida que estaba más pletórica. Si es ella, hay
que decir a su favor, que unos pocos quilos le sentaban muy bien.
Después nos encontramos con una vitrina que reúne en fila
otros seis bustos de Cleopatra, que los organizadores dan por verdaderos, pero
que no se parecen entre sí:
Cuatro de ellos son de François Antonovich, el coleccionista de antigüedades
francés y habitual de las subastas de arte de Christies. De estos, el mejor
conservado es uno que lleva un tocado de plumas de buitre. Lo reconocerán
porque Cleopatra tiene un rostro afiladísimo, con una barbilla muy picuda, y
conserva una nariz que es delgada y muy larga. Si quieren que les diga la
verdad, recuerda a esos retratos de la corte de Akenatón que parecen
extraterrestres. Tal vez estemos ante el rostro de la degeneración de los
Ptolomeos (una familia con más de doscientos años de incestuosos matrimonios
entre hermanos, tiene que dejar algún huella). No olvidemos que Cleopatra
también era hija de dos hermanos.
Luego está el busto de Eisenberg en el cual los labios son
muy carnosos, muy al estilo de los retratos de Alejandro Magno. No se parece en
nada a las esculturas de Antonovich, la barbilla no es tan afilada y además
tiene unos saludables pómulos.
En ese mismo expositor está el busto de Cleopatra que
pertenece a Clarence Day: conserva un poco la nariz, y pueden verse claramente
los orificios, es una nariz aguileña, que parece coincidir con lo que decía de
ella Plutarco. Por cierto, Marco Antonio también tenía esa famosa nariz
aguileña.
Pero si uno se quiere hacer una idea más precisa de cómo era
Cleopatra, es mejor recurrir a las monedas. Hay una especialmente curiosa: por
la cara Cleopatra y en la cruz Marco Antonio.
La reina, que
compartió con Antonio catorce años de su vida, le permitió aparecer en las
monedas con ella. Supongo que pagó la acuñación, porque es conocido que ella
financiaba tropas de Marco Antonio, como una banquera rica. En realidad, Antonio
era un mantenido en aquella corte. La pareja tenía una magnífica simbiosis:
Cleopatra le entretenía con borracheras y juergas y él aportaba las legiones
que todavía le eran fieles y le otorgaba protección frente a las ambiciones de
Octavio. Cleopatra ya sabía que no había hombre en la tierra que la odiase más
que Octavio, entre otras cosas porque ella se había paseado por Roma con el
hijo que había tenido con Julio César. Bueno, Cicerón tampoco la tenía
simpatía, pero no llegaba al extremo de Octavio, que tenía motivos personales.
En la moneda que hay en la exposición del Canal, ella
aparece con su diadema en la cabeza, que para los macedonios era el símbolo de
la realeza. No podemos decir quién era más feo, Marco Antonio con su robusto
cuello y papada, o Cleopatra, escuchimizada y muy poca cosa. No me puedo
imaginar a esta reina presentándose en Tarsos a Marco Antonio con su traje de
Afrodita (es decir desnuda), en una barca real con todo el boato del lujo
asiático, remontando el río para impresionar a Marco Antonio, que por supuesto,
cayó rendido a sus pies.
Si quieren ver otra de las monedas de Cleopatra, aquí se
harán una idea mejor de cómo debió de ser la reina:
Cleopatra VII tetradrachm Syria mint» de PHGCOM - Own work by uploader, photographed at the British Museum. |
Como el tema tiene miga, otro día hablaré de los amores de
Cleopatra y Marco Antonio. En la exposición se habla muy poco de su romance, y
eso que es una de las historia con más morbo de la antigüedad. No sé cómo Hollywood
no ha hecho una serie de veinte capítulos sobre ellos, reúnen todo: poder,
incestos, asesinatos, traiciones, sexo, lujo, borracheras, desmadres varios.
En la exposición también pueden ver los trajes de la
magnífica película de Mankievicz protagonizada por Elizabeth Taylor. Nadie
mejor que Mankievicz para crear el mito. Por cierto, un director muy habilidoso,
porque hay que recordar que cuando se rodó Cleopatra, todavía Hollywood estaba
bajo el código Hays (el código de censura que se practicó en Hollywood hasta
finales de los 60). En la película Cleopatra parecía una santa al lado de lo
que fue, incluso yo de pequeña quería ser como ella.
Nada más lejos de la realidad, de todos los escritores
romanos, sólo Plutarco nos da una imagen amable de ella. Pero si leen a
Suetonio, a Flavio Josefo, a Apiano, a Cicerón y a Diodoro Sículo, más que una
mujer parecía una harpía. Les daré un aperitivo: asesinó a sus dos hermanos,
hizo que Marco Antonio matase a su hermana menor, traicionó a Marco Antonio
después de la batalla de Actium, trató a los judíos de Alejandría con crueldad,
hizo matar a todos los nobles de Alejandría que se le opusieron, ordenó saqueos
de riquezas para ornamentar su tumba, intentó seducir de forma rastrera a
Octavio y a Herodes, probaba venenos con los esclavos, y un largo etc. de
horrores.
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