lunes, 7 de septiembre de 2015

LAS ONCE CONSTITUCIONES ATENIENSES

Cuenta Aristóteles por lo menos once reformas constitucionales en Atenas en un período aproximado de dos siglos. Muchas de ellas fueron para dar mayor poder al demos, es decir al pueblo, y otras verdaderas dictaduras de oligarquías. 
Las constituciones más importantes nos las relata Aristóteles, gran conocedor de la política ateniense donde vivió varios años en la ciudad como filósofo. Como sería muy largo referirme a todas ellas, un breve resumen da muestra de cuáles fueron las más significativas:
La primera constitución es la llamada de Dracón, en el año 621 a.C. del cual deriva a palabra draconiano, porque casi todo se sancionaba con la muerte. Sin embargo tenía algunas cosas buenas, por ejemplo: el Consejo de la ciudad era elegido a sorteo entre los ciudadanos y si no iban a las sesiones se les imponía una multa según su nivel económico. Como en esta constitución solo podían votar los que se pudiesen costear una armadura de hoplita, las clases sociales más pobres se rebelaron y nació la nueva constitución, la de Solón.
Solón hizo una gran reforma: abolió la esclavitud por deudas, ya que hasta ahora si uno no podía pagar los préstamos lo hacía esclavo. Además estableció que los cargos públicos fuesen elegidos por sorteo entre los que se consideraban más aptos y su cargo sólo duraba un año.
Luego Atenas sufrió la tiranía de la familia Pisístrata estableciendo ellos sus nuevas leyes hasta que fueron expulsados y Clístenes estableció lo que conocemos como la verdadera democracia directa por primera vez en el año 508 a.C.
Clístenes ideó un sofisticado sistema político, mucho más complicado de lo que solemos pensar que es una democracia directa. Se amplió el voto a todos los varones libres y los cargos más importantes, entre ellos los diez estrategos, se eligieron por votación y el resto por sorteo. Restituyó el “ostracismo”, es decir, los ciudadanos podían votar el destierro por diez años de aquellos ciudadanos “excesivamente poderosos”, lo cual incluía a los sospechosos de corrupción o los que tendían a la tiranía.
A partir de ahí nos encontramos las grandes reformas del siglo de oro de la democracia, el s.V a.C, en las que participó Efialtes, por cierto el único dirigente de la democracia ateniense asesinado por motivos políticos. Y un capítulo especial merece Pericles, que estuvo veinticinco años siendo elegido año tras año estratega de la ciudad hasta que se murió al inicio de la Guerra del Peloponeso.
Al vencer los espartanos la guerra del Peloponeso, impusieron sus duras condiciones en Atenas, una nueva constitución llamada de los Cuatrocientos, que en realidad era un estado de sitio hasta que pudieron volver a gozar de una nueva democracia.
Pero los atenienses aprendieron de las reformas, y eso permitió que el s. IV a.C. gozase de un verdadero esplendor la democracia ateniense.

Por desgracia, todo terminó cuando los griegos perdieron su libertad en Queronea en el año 338 a.C. cuando Filipo II sometió a las polis griegas y suspendió la democracia ateniense. 

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