lunes, 9 de noviembre de 2015

MUJERES DE ROMA. Exposición Caixa Forum

Foto de Carole Raddato from FRANKFURT, Germany http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], via Wikimedia Commons
Si tienen la oportunidad de ir a Madrid, no se pierdan la exposición organizada por el museo de Louvre que se puede ver en Caixa Forum. Considero un detalle que un gran museo nos permita ver in situ algunas de sus mejores y peores obras, y con ello me refiero que en su conjunto es una gran exposición, pero se podían haber ahorrado sacar de gira algunas piezas. Como no te deja sacar fotos, las que aquí ven han sido tomadas del contenido Wikipedia libre.
Les voy a decir cuáles han sido mis favoritas.
La primera sala reúne un catálogo de maravillas, se pueden demorar un buen rato en los estupendos bustos de peinados romanos de distintas época que sirven para datar a las estatuas: los de la época Livia (sin duda los más elegantes), los de la época de Nerón (excesivos) y los de la dinastía  Flavia  (postizos y sienes despejadas) y por último el pelucón de la esposa de Septimio Severo y también madre de Caracalla y de Geta (por cierto, esta si que es uno de esos personajes que tiene una biografía tan apasionante, que el Louvre debía explica algo más de ella).
Retrato de Julia Domna
No se pierdan los tres retratos sobre madera en esta primera sala. En ningún museo español podemos ver un ejemplo de los retratos que se colocaban sobre las momias egipcias en la época en la cual Egipto pasó a ser una provincia romana. Uno de ellos, encontrado en el oasis de El Fayún muestra un profuso entrecejo (la moda obligaba a las romanas a pintarse un entrecejo para parecer más atractivas) .
Pero lo mejor de la exposición es el magnífico retrato sobre madera encontrado en Tebas datado entre el año 160 y 180 d.C. El retrato de esta mujer que no se había depilado las cejas pero se había olvidado de pintarse el entrecejo, tiene una notoria nariz griega, un raro bronceado para la época (a su lado hay una tabla con una mujer blanquísima) y está milagrosamente bien conservado por la arena del desierto que cubrió su tumba. Sólo por verla a ella vale la pena ir a ver la exposición (y no sé por qué Caixa Furum la coloca en una esquina). Yo la he elegido como foto portada del blog de hoy.
Pasen a la sala dos y contemplen la imponente estatua de Mesalina (sí, la esposa de Claudio) que parece una santa con su hijo Británico. Es el mejor ejemplo de cómo una mujer puede controlar su imagen hasta parecer una honorable matrona romana.
Mesalina y su hijo Británico
No se pierdan el sarcófago de Cornelio Estacio donde se resumen los éxitos de su vida, entre ellos a su esposa dándole el pecho a su hijo (la matrona romana debía amamantar a su hijos, nada de tener nodrizas, o por lo menos de cara al público no hay que hablar de ellas).
Luego están dos estatuas yacentes con un matrimonio recostado como si fuese un sarcófago etrusco en los cuáles los hombres y las mujeres participaban juntos en banquetes.
En la sala tercera hay frescos que han conservado el color, lo cual nos permite contemplar que las romanas tenían telas azules, verdes, bermellón, azafrán. No hay muestras de tejidos estampados con flores como usaban las hetairas griegas. Hay un gran muestrario de pliegues en las stolas y en las pallas del ropaje de las romanas, incluso se las ve con graciosas sombrillas tapándose del sol. No se pierdan las joyas exquisitas que hay en toda la exposición con materiales como el ónice, sardónice, plomo ( ¿estarían intoxicadas?), cristal.
Hay una escena preciosa en una terracota de la sala tres donde las bodas de Peleo y Tetis se convierten en una boda romana: la novia con velo, el novio le da la mano, la Pronuba, que es una mujer que acompañaba a las patricias romanas, asistiéndolas en los ritos de la boda.
No pierdan el tiempo con los frescos de la casa de Livia ( la mujer de Augusto), son horribles, supongo que debió de contratar a los pintores más torpes del Imperio. No se si es un problema de restauración, pero para  aquellos que conocen los hermosos frescos de la casa de los Misterios de Pompeya, se darán cuenta que los de la casa Livia del Palatino son muy torpes.
Hay algunas cosas que el Louvre nos podía haber explicado. Por ejemplo, ¿por qué escriben bajo una terracota "bailarinas con calathiscos"? Nadie sabe lo que es un calathisco salvo un profesor de Historia Antigua. Podían haber puesto una pequeña nota para decir que son las cestas trenzadas que llevan en la cabeza. Lo mismo ocurre con "bailarinas y Thymiaterion", bastaba con poner entre paréntesis bailarinas con incensario, que lo entiende todo el mundo. Y lo mismo ocurre con una terracota cuya explicación es "Canéforas", podrían explicar que son muchachas vírgenes que llevan las cestas con objetos sagrados de los dioses en las procesiones. Pero los que organizan exposiciones prefieren que el gran público siga desconociendo la jerga secreta que sólo ellos manejan. Tenían que oír a dos señoras frente a un objeto que se llamaba "estrígilo ", no sabían si era un gancho, una espátula o un objeto erótico porque tenía grabado una escena de Venus en el mango. El organizador de la exposición podrían haberse apiadado de ellas y haber explicado para qué diablos servía el estrígilo (que no es más que un rascador que se usaba en los gimnasios para sacarse la arena del cuerpo).
Hay Tres Gracias, en la misma pose que las del Prado, sin celulitis y bastante reales. Pertenecía a la familia del cardenal Borghese, como muchas piezas que se pueden ver en la exposición, pero terminaron en manos de Napoleón. ¿Cómo?, fácil, casó a su hermana menor, Paulina Bonaparte con el príncipe Borghese. Napoleón consiguió que el príncipe le vendiese 400 piezas (a precio de saldo y un poco obligado porque Napoleón tenía mal genio y había conquistado Italia). Hoy están en el Louvre. Los franceses sí que saben, seguro que guardan la factura.
Hay una sorprendente terracota de la diosa Deméter sosteniendo con las manos espigas de trigo y capullos de opio (no hay que olvidar que en Roma la adormidera se consumía como medicina, de forma lúdica y hay algún que otro emperador que desayunaba con ella).
Hay Venus por todas partes: sacándose la sandalia, saliendo del agua en la misma pose que la famosa Venus de Botticelli, y una Venus Genitrix (hay que detenerse a mirarla porque César decía ser descendiente de ella). Hay una Venus con un cupido sin alas que merecería una explicación,  que por supuesto no hay y que yo desconozco.
Pueden ver a varias amazonas (todas con los dos pechos, que yo sepa se cortaban el derecho para poder tirar con el arco). algunas de ellas en unos sorprendentes escorzos.
Y en la sala 8 están los cultos báquicos, con Dioniso y todo su cortejo de leopardos, ménades, falos, "hermas" (palabreja que designa a un bloque de piedra en el cual sólo hay esculpido la cara de Hermes y su falo erecto; se tenía en las casas para dar buena suerte).
Les recomiendo que pasen de largo cuando vean la escultura del Hermafrodito, salvo que tengan adolescentes, que se reirán un rato. No sé porqué el Louvre nos trae el hermafrodito más feo que se ha esculpido en la historia de la humanidad.
Y si tienen niños, les recomiendo que vean a las verdaderas sirenas, nada que ver con las de los cuentos. Las que aparecen aquí son las que tienen garras, en vez de pies y unas alas enormes. Hay que decirle a los niños que las verdaderas sirenas aparte de cantar y embaucar a los marineros, usaban las garras para arrancarle la piel a los marineros.
Espero que disfruten.



3 comentarios:

  1. Gracias Olga por tu aclaración sobre el significado de esas palabras griegas, yo reconozco haber echado mano al Google y así me salió tu blog.

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  2. Muchas gracias por las explicaciones tienes toda la.razón y la.explicación d los términos q has dado, nos ha ayudado mucho a entender la.exposición

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  3. Muy buena tu entrada, me ha encantado. A nosotros nos pasó lo mismo que al del primer comentario: buscando el significado de algunas palabras, durante la exposición, llegamos aquí, y nos la leímos entera. He aprendido unas cuantas cosas que no sabía, y tengo que decir que coincido totalmente con tus valoraciones.

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